Italia o el Bello País
Nuestra mente se llena de imágenes al oír su nombre: pizza, góndolas, Vespa roja, moda, la antigua Roma, la Torre de Pisa… ¡Pero también Julio César, Leonardo da Vinci, Romeo y Julieta, Pavarotti y Fellini! Del Piamonte vinícola a la Apulia más auténtica, de la región de los lagos a las laderas del Vesubio, Italia ejerce un poder magnético. El sol omnipresente, las callejuelas de los pueblos soñolientos, las plazas llenas de vida, el susurro del viento en los olivares… Aquí todo invita a relajar el ritmo.
Del Coliseo romano a las ruinas de Pompeya, un viaje por Italia comienza como una epopeya a través de tres mil años de historia. Sicilia y sus restos arqueológicos, Milán y su Duomo de encaje de mármol, las ciudades de arte de Lombardía, Florencia y sus obras maestras declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco… El país conocido como «Il Bel paese» («el Bello País») promete descubrimientos inolvidables para los amantes de las piedras antiguas.
Un refugio para los viajeros epicúreos
En la embriagadora ruta del vino de la Toscana, las espectaculares curvas de los Dolomitas o la carretera panorámica de la Costa Amalfitana, los paisajes italianos se descubren piano a piano, con la curiosidad como motor. En medio de colinas salpicadas de cipreses, aparecen, impasibles, pueblos auténticos, imperturbables al tiempo. Es la señal para apagar el motor, sentarse en la terraza de un café y saborear un ristretto bien cargado. Dependiendo de la hora, cambiaremos el capuchino por el aperitivo, para aguantar hasta la cena.
Los ricos aromas del Chianti y del aceite de oliva recién prensado, las fragancias de las pizzas crujientes en el horno de leña, los dulces perfumes del gelato de pistacho… En Italia, los sabores cantan, explosionan y sorprenden. Y los platos se mimetizan con el paisaje: generosos y rebosantes de sol. Para conocer la auténtica gastronomía italiana, recorra las paradas de los mercados locales. En las trattorias familiares o en la calle, disfrutará de una cocina capaz de elevar las cosas sencillas. Tendrá energía suficiente para explorar los tesoros escondidos de Umbría y los pueblos encaramados en las colinas de Cinque Terre… ¡O relajarse en las playas de Cerdeña y la bahía de Nápoles!