Las 10 playas más bonitas de España

Ya sea en la península o en las islas, a orillas del Atlántico o del Mediterráneo, estas playas lograrán enamorarte. ¿Listos para disfrutar del verano?...
Las 10 playas más bonitas de España
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Bolonia (Cádiz)

Esta playa de la Costa de la Luz se encuentra en el término municipal de Tarifa o, lo que es lo mismo, a caballo entre el Mediterráneo y el Atlántico. Su estratégica situación en el punto más meridional no solo de la península, sino también de toda Europa continental, la convierte en un paraíso para los aficionados al surf y el kite. A ello se suman sus ruinas romanas –visibles desde la playa– y una interminable duna de arena fina y dorada a las puertas del Parque Natural del Estrecho.

Cala Mondragó (Mallorca)

El Parque Natural de Mondragón es un espacio natural protegido situado al sureste de Mallorca. Entre sus calas, la de Mondragó –con su arena fina en suave pendiente, sus aguas turquesas y sus rocas– es una de las más famosas de toda Mallorca. Los senderistas tendrán la ocasión de adentrarse por sus senderos y descubrir las piscinas naturales que se esconden en resguardadas calitas.

Cala Turqueta (Baléares)

Un paisaje de ensueño bordeado de fragantes pinos y ninguna construcción a la vista… Esta cala salvaje es una de las más populares de Menorca. Sus aguas cristalinas son perfectas para la práctica del buceo: basta con acordarse de llevar las gafas de esnórquel. Su éxito es tal que, en temporada alta, más vale llegar por la mañana temprano o al final de la tarde: la señal luminosa del aparcamiento no tarda en anunciar “lleno”.

Calella de Palafrugell (Gerona)

Barcas de pescadores varadas en la arena, blancas casas porticadas y callecitas adoquinadas: esta encantadora localidad de la Costa Brava tiene personalidad propia. En verano, basta con caminar un poco o alquilar una zodiac para encontrar una tranquila cala disimulada entre las rocas. Entre las calas de la zona se esconden otros dos antiguos pueblecitos de pescadores no menos encantadores: Llafranc y Tamariu.

Playa de las Catedrales (Lugo)

La marea al bajar deja al descubierto las esculturas naturales de esta playa de Ribadeo situada a orillas del Cantábrico. Sus arcos, en ocasiones de unos 30 m de altura, recuerdan a los arbotantes de las catedrales góticas, de ahí su nombre. Algunas de sus grutas abovedadas tienen el techo en forma de cúpula rematada por una flecha. Su éxito es tal que en semana santa y en temporada alta se hace necesario reservar por internet: el acceso es gratuito, pero está restringido a 5 000 personas al día.

La Concha (Guipúzcoa)

Esta playa con su característica forma de concha y su nostálgico sabor Belle Epoque es quizá el lugar más conocido de toda Donostia… con permiso de sus bares de pintxos. Su barandilla de hierro, forjada en la década de 1910, es el emblema de la llamada “perla del Cantábrico”. A 400 metros de la orilla, la isla de Santa Clara es accesible en barco o a nado desde la vecina playa de Ondarreta: no hay mejor sitio para admirar La Concha desde el mar.

Guardamar del Segura (Alicante)

En plena Costa Blanca al sur de Alicante, esta sucesión de playas se extiende a lo largo de diez kilómetros bordeados de pinares. Estos árboles plantados hace más de un siglo forman una barrera que protege a la playa del terral, el cálido y temido viento de poniente. No en vano, la temperatura media de la localidad se eleva a 17oC en invierno y a 29oC en agosto.

Los Gigantes (Tenerife)

Arena negra de origen volcánico, espectaculares acantilados y catedrales de basalto de hasta 600 m de altura: nadie podrá negar a la playa de los Gigantes, en la costa occidental de Tenerife, su carácter salvaje. El lugar es ideal tanto para la práctica del submarinismo –los aficionados podrán bucear entre corales y esponjas multicolores–, como para el avistamiento de ballenas y delfines.

Playa de Mónsul (Almería)

Puede que la playa de la ensenada de Mónsul –reconocible por sus formaciones de lava erosionadas– sea la más famosa de las playas del Parque Natural del Cabo de Gata. Su famosa Peineta, enorme roca plantada en medio del mar, da cobijo y sombra a los bañistas cuando aprieta el calor. Ninguna construcción a la vista, una duna móvil a la izquierda y la cala de la Media Luna a la derecha: normal que tanta belleza haya enamorado a cineastas de la talla de Steven Spielberg, que la eligió para rodar una famosa escena de Indiana Jones y la última cruzada.

Ses Salines (Ibiza)

La playa más famosa de Ibiza se encuentra al sur de la isla, en pleno Parque Natural de Ses Salines. Para apreciar plenamente su belleza sin el inconveniente de la masificación, más vale visitarla en temporada baja o por la mañana temprano, cuando su larga alfombra de arena fina se despliega, todavía virgen, a los pies de los pinos y las dunas. Poco a poco la playa se va llenado de butacas y sombrillas hasta que, ya al final de la tarde, muchos despiden el día bailando. Frente a ellos, un agua turquesa y, como telón de fondo, la isla de Formentera.