10 sugerencias para entretener a los niños en los viajes largos

1. Ponles su música preferida

Fabrícate una playlist con las canciones preferidas de los niños. No olvides mezclar títulos para grandes y pequeños para que haya para todos los gustos. Si quieres, podréis retaros a adivinar el intérprete, el año, el título de la canción…
Necesitarás: un lector MP3 para conectar al autorradio o para escuchar con cascos (prevé dos para hacer el juego).

2. La merienda que da ánimos

La merienda ayuda a romper la monotonía y con ello a hacer que el tiempo se haga menos largo. En caso de propensión al mareo, acuérdate de llevar caramelos, piruletas y chicles.
Necesitarás: agua, papel de cocina, productos envasados que no suelten demasiadas migas (botellas de yogur, bollos, fruta…).

3. Libros para evadirse

Ideal para los mayores de 6-7 años que adoran sumergirse en la lectura durante horas y para los pequeños a los que les encanta las historias que les cuentan los mayores. Única condición: comprobar que la lectura durante el viaje no les provoca mareo.
Necesitarás: libros o revistas juveniles que reúnan varias historias para no salir “con demasiado peso”. Un truco para los más pequeños: los CDs que cuentan una historia acompañándose del libro.

4. Pequeños juegos divertidos

Veo veo, piedra-papel-tijera, canciones con las manos: rebusca entre tus recuerdos de niñez para encontrar los clásicos que no fallan. Opta por las adivinanzas para los mayores de 7 años: Quién soy, por ejemplo, tomando como referencia desde personajes de dibujos animados hasta los grandes nombres de la Historia (para los mayores de 10 años).
Necesitarás: si tus niños son capaces de jugar entre ellos o no conduces, todos los juegos de sociedad de formato pequeño (cartas, memory, dobble, puzle de viaje…) son perfectos para un viaje. A tener en cuenta: las aplicaciones para smartphone con multitud de juegos para todas las edades.

5. Manualidades

Si a tus niños les gusta hacer cosas con las manos, es el momento de sacar las cajas de manualidades que duermen olvidadas en el fondo de los armarios: cuadernos para colorear, tampones y adhesivos para los más pequeños, fabricación de pulseras rainbow loom, pompones y origamis para los mayores… Todo está permitido a condición de llevar el material adecuado y una caja en la que guardarlo todo.

6. El momento “relax”

Enseña a tus niños a respirar profundamente, a relajar los músculos, a beber cada cierto tiempo, a observar el paisaje: los campos, el mar, el cielo…

7. En la piel de un explorador

Vais a conocer una región o un país nuevo. Haz que tus hijos formen parte de la aventura. Lleva un mapa para enseñarles el trayecto y las eventuales paradas (que podrán señalar con rotulador). Préstales o léeles la guía turística para que vayan aprendiendo la historia y la cultura del lugar que vais a visitar. Anímalos a que hagan fotos, tomen notas y vayan dibujando en su “cuaderno de bitácora” las cosas que les vayan llamando la atención desde el principio. A la vuelta, siempre podrán revivir el viaje y completar el librito con lo que hayan aprendido.

8. Recompensas en forma de DVD

Si viajas con niños mayores de tres años, no dejes de llegar una tablet o un portátil con dibujos animados adaptados a su edad. Es un recurso que podrá salvarte en caso de retraso o atasco.

9. Una siesta bien merecida

Todo depende de la edad y de la hora a la que hagáis el viaje, pero algo tan sencillo puede ser una solución infalible. Con los mayores de seis años quizá convenga cambiarle el nombre y llamarle “tiempo de descanso” o algo por el estilo para que lo acepten con más facilidad.
Necesitarás: su peluche preferido, una pequeña almohada de viaje, una mantita suave (un jersey de adulto o un chal también pueden hacer el avío) y parasoles.

10. El aburrimiento aguza los sentidos

Todos los psiquiatras infantiles están de acuerdo: el aburrimiento es el germen de la imaginación y la autonomía. No te tortures pues si hay más tiempos muertos de lo que quisieras. Son tus niños también los que deben encontrar la forma de entretenerse, observar el mundo que les rodea y experimentar la sensación de libertad que embriaga a los grandes viajeros…