Cuándo cambiar los neumáticos

Un buen neumático es el que se hace olvidar y esa, justamente, es la trampa. No olvidemos que el neumático es el único punto de contacto entre tu vehículo y la carretera, de ahí que merezca una atención especial.
Cuándo cambiar los neumáticos
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Como toda pieza sujeta a desgaste, el neumático… se gasta. Existen límites que no debes superar so pena de poner tu seguridad en peligro. Por otro lado, existen otras muchas agresiones exteriores susceptibles de deteriorar el estado de los neumáticos y su comportamiento: perforaciones, cortes, deformaciones… La lista es larga, pero la solución solo es una: verificar periódicamente el estado de los neumáticos y recurrir a un experto ante la menor duda.

Las principales razones para cambiar de neumático son cuatro: pinchazo, desgaste, envejecimiento y daños causados. Ante un pinchazo, la cuestión radica en decidir si es mejor cambiar el neumático o repararlo. Solo un profesional formado y cualificado podrá darte la respuesta correcta. Si eres víctima de un pinchazo lento, lo más seguro es que hayas rodado un buen tiempo con el neumático a baja presión sin que te hayas dado cuenta. En este caso, la llanta habrá sufrido más daños de lo habitual y solo un profesional sabrá detectarlos. Él será pues quien mejor te oriente en tu decisión de cambiar o reparar.

Desgaste

El desgaste de los neumáticos debe ser revisado periódicamente y siempre en más de un punto. Utiliza un medidor de profundidad (o profundímetro) o déjate guiar por los testigos de desgaste (los reconocerás por el dibujo del costado). Ten presente que existe un límite de desgaste tecnológico y un límite legal. Este último es el que debe servirte de guía a efectos legales (en España, la normativa dice que la profundidad mínima debe ser de 1,6 mm). Dicho esto, más vale no esperar hasta el último momento para cambiar de neumático, ya que cuanto mayor es el desgaste, más capacidades pierden los neumáticos.

Envejecimiento

Un neumático envejece más o menos bien. Plantéate que, a partir de los diez años y sea cual sea su grado de desgaste o los kilómetros que haya recorrido, ha llegado la hora de jubilar tu neumático. Los componentes del neumático –a base de caucho– habrán sido sometidos a duras pruebas como consecuencia de las condiciones de estacionamiento o climáticas y de presiones en ocasiones inadecuadas. Al cabo de cinco años hay que revisarlos periódicamente, ya que el envejecimiento es imposible de prever de forma exacta y depende por completo de las condiciones de utilización del neumático.

Daños

El neumático, siempre en contacto con la calzada, está expuesto a todo tipo de agresión: un bordillo, un bache o un objeto contundente pueden deteriorarlo gravemente. Presta especial atención a las posibles perforaciones en el costado, a los desprendimientos o deformaciones de la banda de rodadura, etc.

Qué neumático elegir

Habida cuenta de las especificidades y de la tecnología utilizada hoy día para los neumáticos, es más que recomendable utilizar el mismo modelo de neumático para todas las ruedas (traseras y delanteras). Otro punto a tener en cuenta son las recomendaciones del fabricante del vehículo en lo que respecta tanto al tamaño como a los índices de carga y seguridad. Y, sobre todo, ante la menor duda, consulta a un profesional: tu seguridad y la de los tuyos va en ello.