Ciudades históricas y llenas de vida
Es difícil ignorar Ámsterdam, el destino estrella del país. El prestigioso pasado de la capital de los Países Bajos se hace evidente en los alrededores del Dam, donde se alza el antiguo Palacio Real. Visite la casa de Rembrandt, contemple las obras maestras del Rijksmuseum o el Museo Van Gogh, respire aire fresco en el magnífico Vondelpark y, sobre todo, piérdase por los barrios más pintorescos de la ciudad. Además de su insustituible patrimonio arquitectónico y cultural, el atractivo de Ámsterdam también reside en su atmósfera única. Desde el bullicioso puerto hasta los innumerables canales, desde las casas a dos aguas a los cafés marrones… La ciudad le conquistará.
Tome la carretera para descubrir otras ciudades del país: Róterdam, laboratorio arquitectónico donde nace el urbanismo del mañana; Delft, ciudad del Siglo de Oro holandés; La Haya, sede de uno de los mejores museos del mundo, el Mauritshuis, donde podrá admirar la famosa obra La joven de la perla de Vermeer. Aproveche estas paradas para degustar algunas de las especialidades culinarias de los Países Bajos: arenques del Mar del Norte, mejillones de Zelanda, queso gouda, gofres stroopwaffel rellenos de sirope de caramelo… ¡Para degustar in situ o llevar en la maleta!
Un jardín conquistado al mar
Tras siglos de trabajo, los holandeses han ganado al mar casi el 20 % de sus tierras. El impresionante estuario del Escalda oriental (Oosterschelde) y los diques que bordean el Mar del Norte le darán una idea de la prodigiosa hazaña. Recorrer los Países Bajos es como atravesar un jardín pacientemente trazado. ¡Un jardín donde reina la bicicleta! Con casi 35000 kilómetros, los Países Bajos cuentan con una red de carriles bici sin igual. ¡Un buen momento para aprender a utilizar el freno contrapedal!
En bicicleta o en coche, explore la campiña holandesa, con sus encantadores pueblos, molinos centenarios e innumerables canales y pólderes, a veces intercalados con campos de tulipanes. Retome fuerzas en el parque nacional de Hoge Veluwe, la principal reserva natural de los Países Bajos. Y para acabar el viaje por carretera por todo lo alto, las playas de arena del Mar del Norte son, sencillamente, espectaculares.