Construida en el s. XVII sobre el emplazamiento de una antigua mezquita, esta antigua colegiata perteneció antaño a la diócesis de Orihuela. En 1959, el papa Juan XXIII le concedió el título de concatedral y se convirtió en sede del obispado de Orihuela-Alicante. La nave, de sobrias proporciones herrerianas, se remata con una esbelta cúpula de 45 m de altura.