Cada uno de los extremos de este amplio paseo trazado en el s. XVI está presidido por dos columnas: las del costado norte, colocadas en el s. XVIII, están presididas por sendos leones con escudo; las del costado sur son romanas y están rematadas con las estatuas de Hércules y Julio César. Los bares que la rodean suelen estar abarrotados, sobre todo los fines de semana por la noche.