De San Sebastián a Bilbao, nos vamos a recorrer la costa del País Vasco
De San Sebastián a Bilbao, nos vamos a recorrer la costa del País Vasco

©PRUDENCIOALVAREZ/Getty Images Plus
De San Sebastián a Bilbao, esta ruta por la costa vasca española te lleva entre playas salvajes, pueblos pesqueros, reservas naturales y joyas culturales. Un recorrido salino para saborear sin prisas, entre paseos tranquilos y paisajes marinos.
Etapa 1 – San Sebastián, elegancia y gastronomía vasca junto al mar
Nuestro viaje en coche empieza en San Sebastián, en la bahía de la Concha, una de las playas más bonitas de la costa española. Si miramos a nuestra derecha, vemos las olas rompiendo suavemente sobre la fina y dorada arena; a la izquierda, los elegantes hoteles de estilo Belle Époque testimonio del refinamiento de esta ciudad de veraneo de la aristocracia de la época. Dejamos atrás los señoriales edificios de primera línea de playa y nos adentramos en la Parte Vieja. Un ambiente muy distinto, con animadas calles llenas de vida desde mediodía.
Pasear por ellas contemplando los escaparates de los comercios con más solera o los balcones de forja artística y probar los famosísimos pintxos en la barra de algún bar es todo un placer; la historia de la ciudad nos sale al encuentro a cada paso que damos, como en la plaza de la Constitución, con sus balcones numerados, vestigio de cuando se usaba como plaza de toros. No muy lejos, el museo San Telmo ubicado en un convento del siglo XVI, hace un recorrido por la historia y la cultura del País Vasco. Después, podemos subir en funicular al monte Igueldo. Desde su mirador, con los pinos y los gritos de los niños que disfrutan del parque de atracciones como telón de fondo, se contemplan las mejores vistas de la bahía. Enfilamos hacia el oeste, desde donde parte la carretera GI-3440 que discurre por la costa, en dirección a Getaria.

©encrier/Getty Images Plus
Para cenar, recomendamos ir de pintxos por San Sebastián y, para ello, nada mejor que imitar a los locales y hacer una ruta de txikiteo – o sea, ir de bar en bar tomando en cada uno un pintxo distinto y un vasito de vino – por los bares que hay alrededor de las calles 31 de agosto y Mayor. ¡Es algo que no te puedes perder!
Etapa 2 – Getaria, un antiguo pueblo de pescadores con mucho encanto
A 30 kilómetros de San Sebastián, acurrucada entre el mar y los acantilados, está Getaria, con sus empinadas callejuelas y sus casas de piedra. Aquí nació Juan Sebastián Elcano, el primer marino en dar la vuelta al mundo, en 1522; una estatua en su honor a la entrada del pueblo conmemora esta gesta. En el puerto, las terrazas de los numerosos restaurantes están muy concurridas desde el aperitivo. La especialidad son los pescados a la brasa acompañados de un buen txakoli, un vino blanco ligeramente espumoso, típico de esta zona. Antes de adentrarnos por el casco viejo, asómate a la puerta de la iglesia gótica del San Salvador. Esta iglesia que formaba parte de las murallas, presenta una particularidad que la hace muy especial: ¡la nave central está en cuesta!
Etapa 3 – La ruta del Flysch, un paisaje esculpido por el tiempo
Entre Zumaia y Mutriku está la ruta del Flysch que discurre por un tramo espectacular del litoral de la Costa Vasca a lo largo del 18 kilómetros. Una formación geológica de imponentes acantilados que se asoman al mar formada por diferentes estratos de roca comprimidos y esculpidos por la erosión del mar durante 60 millones de años. Merece la pena hacer un alto en el camino para disfrutar de la preciosa playa de Sakoneta. Hasta ella se llega andando por un discreto sendero que desciende entre helechos y retama. Abajo nos aguarda un paisaje mineral de inusitada belleza que se mantiene intacto desde hace millones de años.
Nuestra recomendación
En Zumaia recomendamos aparcar un rato el coche para dar un paseo en barco y admirar la espectacular belleza de este enclave geológico desde el mar escuchando los comentario de un guía especialista en geología y también conocedor de la historia y las tradiciones locales.
Etapa 4 – Guernica y alrededores, memoria y paisajes vascos
Dejamos la costa y ponemos rumbo al interior para dirigirnos a Guernica, una ciudad con un gran poder simbólico para la memoria de los vascos. Una ciudad marcada por el bombardeo de 1937, immortalizado por Picasso en el famoso cuadro homónimo; inspirado en este acontecimiento histórico, el Museo de la Paz hace un recorrido por la historia de los conflictos bélicos y los derechos humanos. Seguimos nuestra ruta por una estrecha carretera que asciende hasta el mirador del balcón de Bizkaia. Desde allí, podemos contemplar una espectacular panorámica del tranquilo valle, cuya calma apenas se ve perturbada por el sonido del viento o el tintineo lejano de las esquilas de algún rebaño. El mismo recogimiento, aunque en un ambiente muy distinto, encontramos en el monasterio de Zenarruza donde merece la pena dedicar un rato a contemplar su sobrio y majestuoso claustro.
Si eres de los que les gusta pasear, te encantará hacer una ruta de senderismo por el monte Oiz. Un paseo que transcurre entre bosques, riachuelos y miradores desde los que se contemplan espectaculares vistas de toda la región. Desde algunos puntos incluso se divisa el mar en lontananza.

©Mimadeo/Getty Images Plus
Etapa 5 – Urdaibai, disfruta de la naturaleza en una reserva natural
Volvemos a la costa y entramos en la reserva de la biosfera de Urdaibai, un extenso y variado espacio natural declarado reserva de la biosfera por la UNESCO por la riqueza e importancia de su biodiversidad. Un mosaico de marismas, acantilados, bosques y playas que se van sucediendo, kilómetro a kilómetro. En Gautegiz Arteaga se encuentra el Urdaibai Bird Center, un observatorio de aves. Parapetados tras las maderas de sus puestos de observación podemos avistar garcetas, cigüeñas negras, o incluso alguna águila pescadora sobrevolando las aguas en busca de presas. Una bonita y tranquila manera de seguir recorriendo el estuario es dando un paseo en kayak o sobre una tabla de paddle surf. Nos dejamos llevar por la corriente y tras dos o tres horas de tranquila navegación por la ría, llegamos a orillas del Cantábrico, a la playa de Laida, la más larga de la reserva.
Etapa 6 – San Juan de Gaztelugatxe, una ermita en lo alto de un islote en pleno mar Cantábrico
En la accidentada costa del golfo de Bizkaia se recorta la mágica silueta de San Juan de Gaztelugatxe azotada por las olas. Esta pequeña ermita medieval se alza en lo alto de una escalinata de 241 peldaños tallados en la roca, en un pequeño islote unido a la costa por un puente de piedra. Para llegar hasta ella dejamos el coche en el aparcamiento de Bakio y vamos dando un paseo de unos veinte minutos entre rocas y vegetación rasa. Una vez en la cima, la tradición manda tocar la campana tres veces; cumplida la tradición ya podemos descansar y disfrutar de las vistas de los escarpados acantilados. Aquí se rodaron varias escenas de la serie Juego de tronos y no es de extrañar: el viento, el vacío, el mar y las olas forman un decorado impresionante ¡sin trampa ni cartón!

©PRUDENCIOALVAREZ/Getty Images Plus
Etapa 7 – Getxo: el puerto viejo, una obra de arte y mansiones
Última parada antes de llegar a Bilbao: Getxo es una elegante localidad costera con elegantes villas del siglo XIX y un viejo puerto de pescadores lleno de encanto. De las paredes de las casas del Puerto Viejo todavía cuelgan algunas redes de pesca, últimos vestigios de una vida marinera aún muy presente. Cerca de aquí, están los acantilados de la Galea en Algorta. Toca sentarse en un banco frente al Cantábrico con la mirada perdida en el horizonte; a lo lejos se divisan las estructuras industriales de la ría que contrastan con los tejados rojos de la ciudad. Si vamos tierra adentro pronto nos encontramos con una imponente construcción de metal que cruza la ría: es el famoso puente Vizcaya o puente colgante, un puente transbordador, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que une las dos márgenes de la desembocadura del Nervión desde 1893. Se puede pasar a pie, por la pasarela aérea peatonal, o en la barquilla que va a ras del agua y en solo unos minutos estás en la otra orilla.
Etape 8 – Bilbao, capital cultural del País Vasco
Visita obligada en Bilbao es el imponente museo Guggenheim, un gigante de titanio con una estructura de volúmenes contrapuestos que alberga en su interior una importante colección de arte contemporáneo. A solo diez minutos andando se encuentra el museo de Bellas Artes, con una extensa colección pictórica con obras que van desde el Greco a artistas vascos modernos. Para comer, nos dirijimos al Casco Viejo y nos aposentamos en la mesa o en la barra de alguno de los muchos bares y restaurantes de las Siete Calles para disfrutar de los platos típicos bilbaínos mientras observamos las idas y venidas de los transeuntes. Después de comer, podemos dar un tranquilo paseo por el Ensanche, un elegante barrio surgido con el auge de la burguesía de principios del siglo XX. A pie o en tranvía, Bilbao es una ciudad fácil de recorrer y muy variada, donde calles populares conviven con edificios señoriales o modernos y muelles reconvertidos en paseos junto a la ría… Pasear por ella es dejarse sorprender por sus contrastes.
Remata el recorrido con una escapada urbana de 2 o 3 días en Bilbao.
Este road trip se puede combinar a la perfección con un circuito por el país Vasco francés desde Biarritz. Dos semanas es el tiempo ideal para poder recorrer tranquilamente las dos costas.
¿Ganas de evasión?
Recibe sugerencias de circuitos originales y descubre los lugares que no te deberías perder cerca de tu casa o en tus próximos viajes.