Visitar el Cotentin en 3 días por caminos alternativos

Comienza tu viaje en la bahía del Mont-Saint-Michel, más concretamente en Granville, el «Mónaco del norte». Las murallas de esta hermosa ciudad, fortificada por los ingleses en el siglo XV, protegen casas opulentas y mansiones con carácter. Piérdete por sus callejuelas y contempla los escaparates de los talleres de arte, cuyos propietarios toman el magnífico entorno como fuente de inspiración.

La villa donde creció Christian Dior, rodeada de espléndidos jardines con vistas al mar, bien merece una visita. Granville es también el punto de partida perfecto para navegar hacia el archipiélago de Chausey o poner rumbo a las Islas del Canal de Jersey o Guernsey.

Continúa tu escapada por Cotentin dirigiéndote a Barneville-Carteret, en la Côte des Îles. Esta localidad tiene la peculiaridad de combinar un pueblo de espíritu rural con un puerto de ambiente marítimo. Pasea por las playas, con sus tradicionales casetas, o recorre el cabo de Carteret desde el Sentier des Douaniers (sendero de los aduaneros), que ofrece unas bonitas vistas del canal de la Mancha. Salvo que prefieras optar por las rutas señalizadas del conjunto de dunas, con valles desérticos cubiertos de matas.

La primera parada después de Barneville es el jardín botánico de Vauville, que te invita a descubrir especies raras durante un agradable paseo, si el tiempo lo permite. Visitar el Cotentin en 3 días también significa sucumbir a las playas y bahías de la punta de la Hague, cuya belleza salvaje invita a desconectar. Una sucesión de acantilados, páramos y calas que hacen que muchos comparen la región con las costas celtas más escarpadas.

Mención especial para los espectaculares acantilados de Nez de Jobourg, un notable promontorio rocoso situado en el extremo sur del cabo de la Hague. A unos pocos kilómetros, haz una parada en el puesto de salvamento marítimo de Goury, donde la corriente es una de las más fuertes del mundo, y luego continúa hasta el puerto más pequeño de Francia, Port Racine.

Antes de llegar a Cherbourg por carretera, también puedes visitar la Casa solariega del Tourp, donde un viaje inmersivo con sonidos e imágenes cuenta la historia de La Hague y sus habitantes. Otra posibilidad, también conveniente si el tiempo no acompaña, es ir al apasionante planetario Ludiver.

Cherbourg, la prefectura marítima de la Mancha, alberga la mayor ensenada artificial del mundo, punto de partida ideal para varios paseos por el mar. Tampoco te podrás resistir a la imprescindible fábrica de paraguas, a los árboles sorprendentemente tropicales del parque Emmanuel Liais o a los numerosos museos y monumentos: el arsenal, la Iglesia de la Trinité, el Fuerte del Roule… Pero la joya de la corona sigue siendo la formidable Ciudad del Mar, en la que te esperan, entre otras cosas, las visitas al submarino Le Redoutable y a la exposición dedicada al Titanic.

Ahora toca volver al coche para llegar a la ciudad portuaria de Saint-Vaast-la-Hougue. No te puedes perder la isla Tatihou, accesible en barco anfibio. Su torre Vauban es patrimonio de la UNESCO, al igual que la de la Hougue, que se erige frente a ella al otro lado de la bahía. Además de por estos vestigios de la batalla que enfrentó a la flota francesa contra una coalición angloholandesa en 1692, la gente viene aquí por el animado puerto, para pasar un rato agradable disfrutando de las tiendas y las terrazas.

¡Porque esta guarida de marineros es también un destino apreciado por los gourmets! No te pierdas las ostras locales, con su incomparable sabor a avellana, ni los estantes bien surtidos de la Maison Gosselin, una tienda de comestibles familiar que vende sus sabrosos productos desde 1889. Sobran las delicias para disfrutar en el momento o para llevar como regalo.