El circo de Jaffar hay que ganárselo. La pista que lleva hasta él desde Midelt, muy accidentada, sólo se puede practicar con un todoterreno y en pleno verano, y por supuesto se tiene que informar bien de su estado antes de emprender el viaje (el acceso por las gargantas de Jaffar es menos problemático). ¡Pero el lugar es impresionante!: a los pies del monte Ayachi, con sus crestas recubiertas de nieve hasta finales de mayo, se extiende un amplísimo anfiteatro rodeado de paredes rocosas salpicadas con algún que otro árbol. Un paisaje agreste y exigente.