La opinión de la Guía Michelin
La primera cura registrada en La Toja fue la de un asno que, enfermo, fue abandonado por su amo en la isla y encontrado sano poco tiempo después. La fuente bienhechora hace tiempo que se secó. La isla, recubierta por un frondoso pinar y en un enclave espectacular, ha sucumbido al turismo de masa y, aunque aún pervivan algunas de las bonitas villas de antaño, un hotel de lujo de principios del s. XX y una curiosa iglesia recubierta de conchas de vieira, hoy abundan sobre todo las residencias secundarias y los hoteles sin ningún encanto.