Esta sinuosa calle ha sido pavimentada de nuevo con adoquines con el fin de realzar sus numerosas y elegantes mansiones, la mayoría construidas en la época de mayor prosperidad mecantil. Algunas se alinean uniformemente en " terrazas " a las que se accede por medio de escalones y rampas. El tolbooth posee varios relojes públicos. Desde el pequeño museo hay una bonita vista sobre el Forth. Varios telescopios y prismáticos permiten observar en detalle los puentes y la vida animal a orillas del estuario.