Para los veraneantes, Patara es ante todo una hermosa playa de arena blanca con -cosa rara en el Mediterráneo- buenas olas. Conviene pues disfrutar del mar durante las horas de calor y recorrer las ruinas de este magnífico yacimiento cuando refresca. Las ruinas de este antiguo puerto licio se despliegan por detrás de las dunas. Las termas de Vespasiano, un pequeño teatro romano, graneros, el ágora y una necrópolis con una enorme tumba son algunas de las curiosidades que ofrece este trozo de costa encantador.