La antigua lonja del pan, que más tarde pasaría a llamarse casa del Duque, tuvo que ser reconstruida en el s. XIX (respetando los planos de 1515). A pesar de su nombre, aquí nunca vivió rey alguno. Hoy alberga el Museo de la Ciudad de Bruselas, que hace un recorrido por la historia de la ciudad a través de diversas obras de arte.