Dunas de arena blanca hasta el infinito que se cruzan con lagunas de agua pluvial de un azul turquesa... El parque Lençóis Maranheses (declarado parque natural en 1981), que ocupa una superficie de 155.000 hectáreas, es un lugar único en el mundo, con unos paisajes inimaginables que se escapan de la realidad. El mejor momento para visitarlo es al final de la estación de las lluvias, cuando los lagos rebosan de agua. Baje el río Preguiças, que atraviesa el parque, y, por supuesto, sobrevuele las dunas para tener una vista global de la magnificencia de la naturaleza.