Este palacio reciamente fortificado y ceñido de fosos fue erigido hace 7 siglos. En el interior se hallan jardines, un terreno de croquet, un restaurante y los manantiales que dan nombre a la ciudad (well significa manantial, aunque hoy designa más bien un pozo). Cada día brotan unos 15 millones de litros de agua, lo que equivale a 180 litros por segundo. También se distinguen las ruinas de la antigua sala de recepción y una magnífica vista del ábside de la catedral.