La opinión de la Guía Michelin
El santuario estaba dedicado al culto de Artemisa Brauronia. Según una tradición narrada por Eurípides, Ifigenia, hija de Agamenón, evitó ser sacrificada y huyó a Táurica; más tarde regresó con la estatua sagrada de Artemisa para terminar sus días en Braurón. Fundo el santuario para expiar su culpa por haber matado a una osa que estaba protegida por la diosa de la caza. El museo, situado a unos 500 m, cuenta con una magnífica colección de estatuillas de mármol de pequeñas "osas" (s. IV a. C.), nombre con el que se conocían a las jóvenes sacerdotisas consagradas a la diosa Artemisa.