En el transcurso de la Guerra de los Cien Años este arrabal estuvo ocupado durante varios años por los ingleses, mientras que la ciudad y el castillo resistían los ataques. Los vitreanos compraron la salida de los invasores, de ahí el nombre que se le dio al lugar. A los pies del castillo, este tranquilo arrabal situado en el valle del Vilaine nos brinda una hermosa vista de la fortaleza.