En un emplazamiento impregnado de suavidad se alza la supuesta casa natal del artista. Si bien ha conservado algunos elementos del s. XV (chimenea, piedra de fregadero y blasón familiar en la sala principal), es sobre todo el paisaje de olivares con hojas plateadas, la luz transparente y las colinas con cultivos en bancales lo que forman un marco impregnado de una armonía totalmente leonardina.