La Rotonda -edificada en 1567, momento en que Palladio estaba en la cúspide de su arte- es una villa-templo reflejo de un orden y una armonía representados por el doble símbolo de la esfera englobada en el cubo. Sus cuatro pórticos idénticos de columnas están orientados hacia los cuatro puntos cardinales. Los frescos del interior son obra de Alessandro Maganza y Louis Dorigny (s. XVII). La villa es particularmente bella al final de la tarde, bajo los rayos del sol poniente.