La Giudecca, antiguo lugar de veraneo de la nobleza veneciana separada de la ciudad propiamente dicha por el canal homónimo, es un auténtico remanso de paz tras el tumulto de la plaza de San Marcos. Una tranquila caminata por los muelles de este lugar impregnado de sencillez con la suntuosa Serenísima enfrente constituye un momento de lo más agradable. Aproveche también para visitar la luminosa iglesia del Redentor.