La excepcional belleza de la iglesia de San Sebastiano radica esencialmente en la riqueza de su decoración pictórica, iluminada por magníficos frescos en los que el Veronés (enterrado aquí) supo combinar tonos, matices fríos y cálidos y sombras llenas de color. En el techo, decorado con un trampantojo que recrea elementos arquitectónicos, pueden verse numerosas obras maestras, entre ellas Ester coronada por Asuero, el Triunfo de Mardoqueo y la Repudiación de Vasti.