Desde estas murallas muy bien conservadas se distinguen unas vistas magníficas de las casas blancas que se extienden a los pies de la ciudadela. Observe las ruinas de una iglesia del s. XII y de una iglesia bizantina de los ss. VI-VII (ambas protegidas por tejadillos). Destacan también los talleres de artesanos y la torre de Balduino, un bonito edificio cuadrado y almenado situado en el extremo sureste de la ciudadela. En esta zona, conocida como "barrio de los francos" porque aquí estaban los mercaderes extranjeros, se recuerda uno de los episodios más sangrientos de la IV cruzada.