La mejor manera de descubrir este "museo" compuesto por un zoo y un parque botánico con exposiciones sobre la historia natural es recorriendo los 3 km de senderos que cruzan sus 8 ha de desierto. Entre las más de 300 especies animales y 1.300 vegetales que pueblan el parque, todas nativas del desierto de Sonora, figuran los ocelotes y yaguarundíes que viven en un cañón de rocas rojizas, los pumas y osos negros que conviven en los bosques de montaña, los musmones que triscan por peñascos y precipicios o los pecaríes que hozan entre chumberas. El visitante verá de cerca monstruos de Gila, perritos de la pradera y gavilanes colirrojos. Una gruta de estalagmitas y estalactitas sirve de marco a la exposición Earth Sciences (ciencias de la tierra), consagrada a la geología. Colibríes de siete especies de la zona revolotean en torno a los visitantes en una pajarera, mientras que los habitantes nocturnos del desierto se mantienen en activo durante el día en Life Underground (vida subterránea).