Georges Labit (1862-1899), coleccionista apasionado por todo lo asiático, reunió los objetos traídos de sus viajes en esta magnífica villa morisca. Sus salas atesoran una magnífica colección de arte oriental (estampas japonesas, alfarería china, estatuillas tibetanas y nepalíes, armaduras japonesas y máscaras de teatro nō), así como una interesante colección de arqueología egipcia.