Este santuario mariano construido entre los ss. XIV y XVII mezcla los góticos catalán y francés -excepción hecha de su fachada barroca (s. XVIII)-, de una riqueza extraordinaria. En el interior destacan el magnífico retablo de la Virgen, un políptico de madera policromada (1351); el retablo de la Transfiguración (s. XV), primorosamente labrado; dos púlpitos de piedra del s. XV; la famosa lápida trilingüe (s. VI), con inscripciones en hebreo, latín y griego; y la capilla de la Virgen de la Cinta.