Tubos de acero y cristal, ingravidez y transparencia, el Tokyo International Forum alza su silueta ligera en el corazón del barrio de los negocios desde 1997. Logro tecnológico y agujero financiero, testigo de una época eufórica, el edificio funciona ante todo como centro de congresos. El atrio, envuelto en una luz cenital, da acceso, desde sus 21 000 m2, a 7 auditorios, 34 salas de conferencias y un museo de arte dedicado a Aida Mitsuo (1924-1991), poeta zen y calígrafo de gran renombre.