Entre Tetuán y El-Jebha, la carretera recorre unos paisajes magníficos alternando vistas del mar y de la montaña, el verde de los cedros y de los eucaliptos con el ocre de la tierra, la costa accidentada y las calas desiertas entre los acantilados. Aquí y allá se ve algún rebaño de ovejas pastando, un burro con serones que sigue pacientemente a un campesino vestido con una chilaba de tupida lana marrón, niños acarreando pesados bidones de aguas...