La opinión de la Guía Michelin
Al este del Parque Nacional de Akan, el lago Mashu inunda la caldera del volcán que se abre a los pies del monte homónimo. Con una circunferencia de 20 km y una profundidad de más de 200 m, el lago impresiona por sus empinadas laderas -casi acantilados- que se hunden a pico en las aguas translúcidas. No es posible rodearlo, pero tres puestos de observación permiten admirar (de lejos) su belleza siempre cambiante. No olvide los prismáticos. Única pega: el lugar es muy turístico.