El "puente romano", que en realidad es de origen árabe (s. XII) lleva por su margen izquierda hasta un barrio muy agradable y bastante animado por la noche. Cerca del muelle, en las callejuelas perpendiculares, los veladores de bares y restaurantes invaden la calzada. Desde esta orilla se disfruta de una magnífica vista del casco antiguo y sus casas de evocadores tejados con reminiscencias asiáticas.