La historia del enclave se remonta a un millón de años. Cazadores de la edad de Piedra, campesinos del calcolítico, ciudadanos de una ciudad fortificada de la edad de Hierro que comerciaba con Egipto y Chipre, griegos, romanos y bizantinos, todos supieron sacar partido de los recursos de Pella: manantiales perennes, vías de comunicación favorables al comercio, tierras arables y hasta madera. Su historia se prolonga más allá de la Antigüedad grecorromana hasta los mamelucos. Hoy, Pella constituye una importante fuente de datos sobre periodos poco conocidos, entre ellos el de los abasidas.