Las cuevas de Isturitz y Oxocelhaya, superpuestas, corresponden a dos niveles, sucesivamente abandonados, del curso subterráneo del río Arberoue. Estas auténticas catedrales calizas con monumentales columnas fueron del gusto primero de los neandertales y luego de los cromañones, que nos dejaron auténticos tesoros. Aquí se han encontrado objetos artísticos y de la vida cotidiana, las salas están decoradas con concreciones de curiosas formas y diversas reproducciones ilustran los dibujos descubiertos en las paredes: ¡se trata, sin lugar a dudas, de uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Europa!