La opinión de la Guía Michelin
Como tantos otros visitantes, sentirá que se le encoge el corazón cuando contemple los bulbos verdes y dorados de la original iglesia rusa de San Nicolás. Construido en 1914 en el estilo ruso del s. XVII, este templo fue encargado al parecer por un diplomático ruso proclive a la nostalgia. La decoración interior incluye frescos realizados en el estilo de la escuela de Novgorod y un magnífico iconostasis de cerámica. Aunque sea un pastiche, muchos consideran que es el monumento más bonito de la capital.