Desde el mirador de Encumeada (a 1.007 m de altura) se aprecia perfectamente cómo este puerto marca la frontera climática entre una y otra vertiente de la isla: al norte, las nubes, que en pocos minutos suben desde el océano para empapar la atmósfera; al sur, el azul luminoso de un cielo sin nubes bajo un sol tropical. Bordee la Levada do Norte para llegar a una zona cubierta de extraordinarias flores blancas y azules: clethras, hortensias, agapantos, crisantemos, etc.