La nutrida colección procede mayoritariamente de un auténtico gabinete de curiosidades de un aristócrata local. Las obras de arte medievales y renacentistas (esculturas, tapices, muebles, pinturas, ornamentos litúrgicos) se codean con una importante colección de loza, que está considerada como una de las mejores de Francia. Porcelana, alfarería, gres, biscuit de los ss. XVII y XVIII que proceden de los principales centros manufactureros franceses (Nevers, Ruán, Moustiers, Marsella, Estrasburgo).