La opinión de la Guía Michelin
Este lujoso palacio neobarroco, situado en la otra orilla del Fontanka, llama la atención por su intenso color rosa y por la abundante decoración esculpida de las fachadas. Perteneció a los príncipes Bieloselski-Bielozerski y, en 1848, el arquitecto Andréi Stackenschneider lo decoró con pilastras corintias y balcones de hierro forjado sustentados mediante robustos atlantes. Conciertos de música clásica en el interior.