Esta fortaleza completamente restaurada está dedicada a san Francisco Javier (patrón de Navarra), que nació aquí en 1506. Fue parcialmente desmantelada en 1516 por orden del cardenal Cisneros, que ejerció de regente hasta la toma de poder de Carlos I. En su interior se visita la Sala de los Blasones, la Sala Grande (mobiliario del s. XVII) y la habitación del santo. Esta se encuentra junto a la torre del homenaje o de San Miguel, que nos brinda unas bonitas vistas. La visita acaba en la capilla del Santo Cristo, que custodia un cristo de madera de nogal del s. XIII y un fresco con una danza macabra del s. XV.