La tercera catedral episcopal más grande de EE.UU. se levanta en la cima de Nob Hill, alzando sus majestuosas flechas de estilo gótico francés por encima de la ciudad. La primera piedra fue puesta en 1910, pero su construcción no habría de empezar hasta 1928, tras lo cual quedó interrumpida por la Gran Depresión y la II Guerra Mundial. Para su concepción, Lewis P. Hobart se inspiró en Notre Dame de París, pero la construyó en hormigón armado para hacerla resistente a los seísmos. El templo fue consagrado en 1964. Las Puertas del Paraíso, de bronce y situadas entre las puertas de la entrada principal de la portada, son su elemento más sobresaliente. Copias del ejemplar vaciado por el escultor florentino Lorenzo Ghiberti (los originales ornan el baptisterio de la catedral florentina de Santa Maria del Fiore), estas puertas de 5 m de alto se componen de 10 paneles con escenas del Antiguo Testamento profusamente talladas. En su interior, decenas de vidrieras y frescos representan a santos mezclados con personalidades del s. XX: Robert Frost, Franklin D. Roosevelt, Albert Einstein... El retablo A Life of Christ, del pintor Keith Haring, es de 1995. El magnífico órgano Aeolian-Skinner (1934) consta de 7.286 tubos. Dos laberintos retienen gratamente al visitante: un camino de mármol a la derecha de la entrada este (réplica del de la catedral de Chartres) y un segundo, también inspirado en Chartres, en un tapiz junto a una imagen de san Francisco de Asís.