Principal centro de arte moderno de la ciudad, el San Francisco Museum of Modern Art ocupa un impresionante edificio (1995, Mario Botta) que parece montar guardia sobre el Yerba Buena Center for the Arts. Juntas, ambas instituciones forman el corazón creativo del barrio. El estilo arquitectónico del edificio se caracteriza por el grafismo de los bloques de piedra que se yuxtaponen para formar la fachada y, sobre todo, por el inmenso cilindro truncado a rayas negras y blancas que lo corta en todo el medio y cuya cubierta acristalada baña de luz natural el atrio central. La colección de más de 20.000 cuadros y esculturas abarca todas los grandes corrientes del arte moderno, apostando de forma especial por el modernismo americano y los artistas californianos. El museo posee asimismo una importante colección de fotografía, dibujo y maquetas de arquitectura de la cual se expone una selección en la segunda y tercera planta. Por su parte, el cuarto nivel alberga importantes exposiciones temporales.