La opinión de la Guía Michelin
Lejos de los fastos de la ciudad de Pedro el Grande, la plaza de la Victoria rememora el cruel e interminable asedio al que la Alemania nazi sometió a Leningrado. Durante 3 años, 4 meses y 19 días, su población, cortada del resto del mundo, sufrió bombardeos incesantes, hambre, frío... Un millón de muertos más tarde, la ciudad liberada no tenía más que piedras para llorar a los suyos. El lugar, que exalta el heroísmo de todo un pueblo, suscita a pesar de su carácter eminentemente soviético una emoción certera.