Giacomo della Porta inició la construcción de esta iglesia en 1591 y Carlo Maderno la terminó entre 1608 y 1623. La fachada que Carlo Rainaldi añadió entre 1656 y 1665 es una de las más elegantes del barroco. La planta del templo es de cruz latina y nave única rodeada de capillas comunicantes. Sobre ella se alza una cúpula que impresiona por sus dimensiones (después de la de San Pedro es la mayor de Roma). Los frescos que la decoran son de Giovanni Lanfranco y transmiten una sobrecogedora sensación de profundidad.