Esta bella residencia victoriana de 1891 posee un excepcional trabajo de artesanía, típico de las prósperas casas de finales del s. XIX que bordeaban la avenida Magnolia. La elaborada ornamentación anuncia las diferentes tradiciones incorporadas en el estilo Reino Ana, con adornos exteriores que desvelan influencias moriscas, paladianas y chinas. Durante la construcción, se instaló un aserradero en la cochera para las maderas del revestimiento interior de roble tallado, las rejas de la chimenea y los marcos de las puertas de 2,5m. Algunos de los muebles son los originales, y todos respetan la autenticidad histórica. El interior también cuenta con muchos ejemplos de "aficiones artísticas" victorianas (artesanía barata y sencilla, como marcos hechos a mano).