La opinión de la Guía Michelin
Tras la disolución, la abadía de Fountains cayó en ruinas. En 1768 fue adquirida por la familia Aislabie, que llevaba tiempo queriendo incorporarla a su finca, Studley Royal. John Aislabie la convirtió en un magnífico parque paisajístico, un jardín de agua que engloba el sinuoso valle del Skell, canales, estanques y cascadas concebidos para que se reflejen en ellos los caprichos que se levantan entre los árboles exóticos y los floridos parterres. Studley Royal ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.