Como en toda capital escandinava que se precie, en Reikiavik no podía faltar un museo al aire libre dedicado a la arquitectura rural y urbana. Inaugurado en 1957, los edificios que lo componen datan del s. XIX y principios del XX, y provienen en su mayoría de la propia capital. El núcleo central lo constituye la granja de Árbær, construida en el s. XV y en actividad hasta 1948. Un viaje a través del tiempo y las tradiciones que incluye la vista a una casa de pescadores, una granja, una iglesia, una cochera... En verano los más pequeños disfrutarán mucho con los espectáculos de marionetas.