Adosada a la loma del castillo, la iglesia gótica de San Virgilio (1473) destaca por su bonito aparejo de bloques de mármol rosa. En el interior, sus dos naves separadas por cuatro columnas con capitales de inspiración clásica estaban reservadas una a los burgueses y otra a los mineros. La profusión de estatuas, la primorosa lacería de estucos que viste las bóvedas y los elegantes frescos componen un vistoso conjunto barroco en el que participaron los mejores artistas de la región.