El inmenso bosque de Rambouillet está salpicado por una veintena de pintorescos estanques en los que podrá darse un buen chapuzón. Durante siglos fue un coto de caza reservado a los reyes, de ahí los caminos que se cruzan formando una estrella. Muy apreciado por los caballistas, cuenta en la actualidad con numerosos senderos balizados y carriles bici. Si viene con niños, visite el Espacio Rambouillet para observar de cerca los animales que habitan el bosque.