Antigua ciudad romana abandonada, el Chellah fue transformado en cementerio real en el s. XIII por los meriníes. Aquí pueden verse las ruinas de Sala Colonia, exhumadas durante las excavaciones realizadas en el s. XX y entre las que destacan una fuente, un arco de triunfo y el Decumanus Maximus. En la parte musulmana se accede, dentro del recinto de la necrópolis, al panteón del sultán Abu el Hassan y al de su esposa, la "dama de Chellah". Rodeado por una muralla que permite franquear una elegante puerta, el lugar dispersa sus tesoros a través de un frondoso jardín.