El Jardín Viejo y el Parque de esta gran mansión están repletos de pabellones, "folies" (locuras), baños, estatuas clásicas y monumentos que ensalzan la gloria de Rusia. El primero, proyectado en 1720, fue remodelado por el arquitecto Rastrelli; el segundo, obra de Vasili Neiolov, fue un encargo de Catalina II. Ambos poseen románticos estanques.