La roca-fortaleza de Vyšehrad defendía antaño las inmediaciones de Praga. Envuelto en mitos e historias relacionadas con la fundación de la ciudad, Vyšehrad se convirtió a finales del s. XIX en uno de los lugares clave del sentimiento identitario checo. Sus árboles, su cementerio convertido en una especie de panteón de personalidades checas y sus zonas verdes confieren al lugar un aspecto como de pueblo. En él podremos admirar además varios monumentos de interés, una muy bonita iglesia y algunos ejemplos de arquitectura cubista.