Este portento de complejidad geométrica construido a partir de 1730 es una de las obras maestras del arquitecto barroco Kilian Ignaz Dientzenhofer. Una visita completa -aunque el edificio solo está abierto durante los oficios- le permitirá observar detalladamente el admirable trabajo de Dientzenhofer, que convirtió el interior de esta iglesia en una auténtica joya arquitectónica. Las ventanas del monumento, colocadas curiosamente a diferente altura, contribuyen a conferir al conjunto un efecto de movimiento.